A medida que el mundo se calienta y el agua se vuelve cada vez más escasa, este organismo unicelular altamente adaptable podría convertirse en un jugador principal en su plato.
Una especie unicelular similar a Arthrospira platensis (más conocida como espirulina) prospera en estanques salobres rodeados de mezquite y jabalinas. A pesar de los entornos y escalas muy diferentes, las operaciones de empresas como We Are the New Farmers e iwi no podrían verse más diferentes, ambas se están enfrentando el mismo desafío: producir alimentos para un mundo en el que el agua dulce y la tierra cultivable son cada vez más escasas. Según un articulo.
Con hasta 10 000 millones de personas poblando el planeta para 2050, las tierras de cultivo del mundo, afectadas por fenómenos meteorológicos extremos, tendrán dificultades para producir suficientes calorías para alimentar a todos.
Entran las microalgas, una forma de vida que, como una planta, obtiene su energía a través de la fotosíntesis. Puede crecer en agua dulce, salobre o salada y no necesita tierra.
Las Algas un Actor que podría salvar la Alimentación
Las algas como las que cultivamos We Are The New Farmers e iwi están ganando atención como alimento sostenible para los humanos. Es “un cultivo para las personas que quieren convertir la tierra estresada por el clima en formas de agricultura más productivas y resistentes”, dice Jonas Guenther, cofundador de We Are the New Farmers.
Que comenzó a producir Arthrospira platensis , más conocida como espirulina. en 2017. El producto alimenticio de color verde oscuro de la startup, que tiene la consistencia del hummus, puede agregar proteínas, vitaminas y minerales a cualquier cosa, desde batidos hasta albóndigas vegetarianas.
Por otro lado, se encuentra la compañía nutraceútica Iwi, que planea convertir esta especie en un ingrediente central en una línea de barras y bebidas proteicas a finales del 2022.
¿Comeremos algas en un futuro?
Por supuesto, no puedes comer la escoria en los lados de una piscina o las floraciones de algas venenosas, pero los humanos han disfrutado de un puñado de variedades comestibles durante cientos de años, si no más. Los aztecas cosecharon espirulina y la comieron como un pastel seco, y se ha cosechado durante mucho tiempo en el lago Kossorom en Chad, así como en muchos países de Asia. Pero no es una parte regular de la dieta moderna en el mundo occidental.
El principal mercado de las microalgas para los humanos es en forma de suplementos nutricionales, porque muchas variedades son ricas en ácidos grasos omega-3 y proteínas.
«Queremos crear un mundo en el que las microalgas sean un elemento básico en todas las cocinas, haciendo que cualquier comida sea mejor, más brillante y más sostenible”, dice Guenther.
