La mirada más amplia hasta ahora muestra que no es solo una preocupación occidental sino de todo el Mundo.
Una nueva investigación revela que estas ansiedades no son solo preocupaciones occidentales, son comunes entre los jóvenes en casi todos los continentes, sino que la capacidad de hacer algo al respecto depende del lugar donde vives. “La pregunta es si tienes la oportunidad o no de participar en esos comportamientos”, dijo Charles Ogunbode, psicólogo de la Universidad de Nottingham en el Reino Unido.
El estudio, publicado recientemente en el Journal of Environmental Psychology , analiza de manera más amplia hasta ahora la ansiedad climática en todo el mundo.
Un poco más sobre el estudio
investigadores de todo el mundo encuestaron a más de 10 000 estudiantes universitarios en 32 países y les preguntaron cómo los hacía sentir el cambio climático. Descubrieron que estaba dañando la salud mental de las personas prácticamente en todas partes, desde Brasil hasta Uganda, desde Portugal hasta Filipinas.
Casi la mitad de los jóvenes encuestados dijeron estar “muy” o “extremadamente” preocupados por el cambio climático. Casi una cuarta parte se sintió «aterrorizada», y aún más se sintió «muy» o «extremadamente» ansiosa. Investigaciones anteriores han sugerido que la ansiedad climática está generalizada: el año pasado, una encuesta en 11 países de todo el mundo encontró que el 45 por ciento de los adolescentes y adultos jóvenes dijeron que la ansiedad climática estaba afectando su vida diaria y su capacidad para funcionar.
Pero algunos investigadores han argumentado que la frase «ansiedad climática» es ambigua, una palabra de moda, no un diagnóstico clínico, y que tiende a resonar más entre las personas blancas, pobres y ricas que entre las que experimentan los efectos más severos de los desastres climáticos.
Si bien el estudio no analizó cómo responde la gente a la frase en sí, los resultados muestran que no solo aquellos en países más ricos como Estados Unidos están luchando con emociones difíciles como resultado del cambio climático. Ogunbode cree que los países en desarrollo deberían desempeñar un papel más importante en la conversación, ya que el vínculo entre las emociones y la salud mental es “tan fuerte” como en los países ricos.
“Rara vez encontramos a alguien hablando sobre cómo se siente la gente en Ghana o Filipinas sobre el cambio climático”, dijo. “Es casi como, ‘Mira, mientras podamos proporcionar las cosas básicas, la gente puede comer, tienen un lugar para dormir, tienen agua, eso es todo. Está bien.'»
El nuevo estudio encontró que, en general, las preocupaciones de las personas sobre el cambio climático las motivaron a querer tomar medidas y eso es algo que todos deberíamos empezar a hacer, sin importar si estamos sufriendo algún efecto del cambio climático sea cual sea el lugar donde nos encontremos.
